Putin anuncia acuerdos militares con 40 países africanos durante la cumbre en San Petersburgo | Internacional

Putin anuncia acuerdos militares con 40 países africanos durante la cumbre en San Petersburgo | Internacional

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha asegurado este viernes en la jornada de clausura de la cumbre Rusia-África que Moscú ha firmado contratos de “cooperación técnico-militar” con más de 40 países del continente a los que suministrará “una amplia nomenclatura de armas y equipos de defensa”. El mandatario aseguró que una parte de las armas a estos países se entregarán de manera gratuita. “Con el fin de fortalecer la capacidad defensiva de los países del continente, estamos desarrollando la cooperación en los ámbitos militar y técnico-militar”, ha agregado en el foro de San Petersburgo.

Putin también ha resaltado que algunas delegaciones africanas asisten continuamente a las exposiciones, foros y maniobras militares que se celebran en Rusia para familiarizarse con el armamento de nueva generación. Desde la última cumbre Rusia-África, en 2019, Rusia ha firmado contratos por valor de unos 10.000 millones de dólares (algo más de 9.000 millones de euros). El consorcio militar ruso Almaz-Antéi presentó durante la cumbre sus sistemas de defensa antiaérea de corto y medio alcance de la serie Tor, Viking y Buk. Algunos países africanos han renunciado a la cooperación con Francia, a la que han acusado de injerencia en sus asuntos internos, en favor del armamento ruso.

Al pronunciar su discurso ante los dirigentes africanos este viernes en San Petersburgo, el jefe del Kremlin estaba sentado junto a Ibrahim Traore, presidente interino de Burkina Faso, que es acusado de cooperar con los mercenarios rusos del grupo Wagner desde el golpe de Estado que protagonizó en 2022. Además, la prensa local informó el jueves de que el jefe de Wagner, Yevgueni Prigozhin, quien protagonizó en junio un intento de motín fallido contra el Kremlin, se reunió en San Petersburgo con representantes de Níger, Malí y la República Centroafricana, país al que se han trasladado esta semana mercenarios del grupo con el encargo de velar por la seguridad del referéndum constitucional del domingo. Wagner está presente en este y otros países africanos, donde extiende la influencia de Rusia con tentáculos en la economía, la política y los conflictos internos.

Renovación del acuerdo del grano

El mandatario ruso también ha anunciado que incrementará su presencia diplomática en África. “La atención que Rusia presta a África aumenta constantemente y se manifiesta en nuestros planes de incrementar la presencia diplomática en el continente”, ha aseverado. Moscú reanudará próximamente la actividad en las embajadas de Burkina Faso y Guinea Ecuatorial.

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La cumbre, a la que han asistido 49 delegaciones de países africanos y 17 jefes de Estado de la región (menos de la mitad de los líderes que acudieron a la última edición, en 2019), es la primera que se celebra entre ambas partes desde que Rusia rechazó la semana pasada prorrogar el acuerdo para la salida segura del cereal ucranio por el mar Negro. Algunos líderes africanos han pedido al Kremlin que tenga en cuenta una iniciativa de paz gestada en el continente para terminar con la guerra, y han reclamado una renovación del pacto del grano ucranio, ya que la suspensión ahonda la crisis alimentaria global.

Sin criticar directamente a Rusia, cuyo líder prometió el viernes cereal gratis ante las protestas internacionales por la ruptura del acuerdo, varios líderes mostraron la profunda preocupación africana por las consecuencias de la guerra, especialmente el aumento de los precios de los alimentos. “Esta guerra debe terminar. Y solo puede terminar sobre la base de la justicia y la razón”, ha dicho el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat.

El presidente de la República de Congo, Denis Sassou Nguesso, ha afirmado que la iniciativa africana “merece la mayor atención, no debe ser subestimada. Una vez más hacemos un llamamiento urgente para la restauración de la paz en Europa”. El presidente de Senegal, Macky Sall, ha pedido “una desescalada para ayudar a crear calma”, mientras que el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, ha declarado que esperaba que “el compromiso constructivo y la negociación” pudieran poner fin al conflicto.

Ante estas peticiones, Putin ha defendido de nuevo la posición de Rusia y ha culpado de la guerra a Ucrania y sus aliados de Occidente. En respuesta a Mahamat, el líder ruso ha sostenido que Rusia ha expresado repetidamente que está dispuesta a conversaciones y que Kiev se niega.

En la cumbre, el presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi, instó a Rusia a reactivar el acuerdo sobre el grano. Egipto, un gran comprador de grano a través de la ruta del mar Negro, calificó de “esencial” lograr un nuevo acuerdo. Como colofón, en un mensaje de conclusión, el presidente de la Unión Africana, Azali Assoumani, consideró insuficiente la propuesta de Putin de enviar grano gratuito a los países afectados y recalcó que es necesario un alto el fuego en la guerra en Ucrania. También afirmó que el líder ruso se declaró dispuesto a negociar y que es necesario convencer “a la otra parte”.

En la declaración final de la cumbre, Rusia y los países africanos rechazaron las sanciones unilaterales y el “chantaje” a terceros países. Los participantes en la reunión acordaron “oponerse al uso de medidas restrictivas unilaterales ilegítimas, incluidas las (sanciones) secundarias, así como a la práctica de congelar las reservas soberanas de oro y divisas” de los países afectados, según el documento, publicado por el Kremlin.

Los líderes acordaron también continuar luchando contra la erradicación “de la práctica de la confrontación en los asuntos internacionales, oponerse a al desprestigio de países por motivos políticos y la introducción de medidas restrictivas políticas o económicas bajo pretextos de (protección de) derechos humanos”. De esa manera, Rusia y los países africanos presentes en la cumbre de San Petersburgo acordaron oponerse a “acusaciones infundadas de violaciones de derechos humanos como excusa para interferir en los asuntos internos” de países soberanos.

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