Los carburantes han cumplido este verano con una máxima histórica: cuando llegan el buen tiempo y los meses de mayor demanda en España, los precios se incrementan (algo que también pasa en otros países). De hecho, la gasolina y el gasóleo llevan cinco semanas consecutivas encareciéndose. Y, salvo por un pequeño paréntesis a finales de junio, los importes no han dejado de subir desde mediados de mayo. Con esa escalada, esta semana repostar gasolina ya sale más caro para los consumidores que un año atrás. Según el Boletín Petrolero de la UE, publicado este jueves, el litro de este combustible se paga de media a 1,680 euros, mientras que en la semana equivalente de 2022 costaba en origen 1,861 euros. Sin embargo, hay que tener en cuenta que entonces se aplicaba el descuento obligatorio de 20 céntimos: es decir, que en realidad el conductor pagaba 1,661 euros. Repostar ahora, a las puertas de uno de los puentes con más desplazamientos del año, es un 1,2% más caro.
Para los vehículos de gasóleo, sin embargo, repostar aún es un 6% más barato que hace un año. El litro de diésel cuesta de media 1,553 euros, frente a los 1,654 que se pagaban en el puente de agosto de 2022 (1,854 euros de precio en origen, antes de la ayuda que había aprobado el Gobierno). Y ello pese a que el encarecimiento del gasóleo en este verano está siendo más intenso que el de la gasolina. Esta semana, de hecho, sube un 3,4% respecto a la anterior, que es la mayor subida semanal que ha visto el mercado precisamente desde el octavo mes del año pasado. La gasolina se incrementa un 1,8% en siete días. Desde que empezó la actual escalada de importes finales de mayo, este combustible se ha encarecido casi 10 céntimos por litro. El gasoil lo ha hecho en casi 14 céntimos.
Pero el incremento de precios es algo que no sorprende a los expertos. “Agosto es el mes de mayor consumo [de carburantes] en todas las provincias españolas salvo en Madrid y Barcelona; y mayor demanda implica mayores precios”, explica Jordi Perdiguero, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona. “La demanda turística afecta a los precios”, añade, entre otras cosas porque “las compañías también aprovechan para aumentar un poco sus márgenes”. Perdiguero es coautor de un estudio publicado en 2020 en el que se concluía que en verano los precios suben más en los municipios más turísticos que en el resto.
El sorpasso de la gasolina a los importes de 2022 se produce además por un segundo fenómeno. El del año pasado fue un verano atípico. Entonces los precios tocaron techo en junio, cuando culminó la escalada provocada por el impacto de la invasión rusa de Ucrania, y luego comenzaron a descender. Este año, en cambio, la evolución ha sido acorde a lo que es tradicional en los meses de mayor demanda. De hecho, la gasolina lleva cinco semanas consecutivas situándose en la cota más cara de 2023. El gasóleo, en cambio, sigue por debajo de los importes que marcó hasta marzo.
Se trata en ambos casos, no obstante, de precios históricamente elevados y desconocidos en España antes de que la guerra de Ucrania pusiera patas arriba el mercado mundial de petróleo y sus derivados. Pero más allá del aumento de la demanda, Perdiguero ve otros elementos que justifican estos precios elevados. “Hace un mes y medio el petróleo subió unos 10 dólares por barril y, aunque parece que no, eso suele trasladarse al precio final”, analiza. Señala además las tensiones de una nueva normativa que obliga a introducir en el mercado más biocombustibles (generalmente más caros) y las tensiones de un mercado mayorista que en España siempre fue poco competitivo (solo cuatro compañías tienen capacidad de refino) y que ha empeorado en los últimos tiempos. “Desde que estalló la guerra, se complicó más la importación y las grandes refinadoras parecen haber apostado por la estrategia de tirar los márgenes hacia arriba”, señala el economista, quien lamenta que “faltan datos” para analizar este fenómeno pero recuerda que algunas de estas compañías han presentado “beneficios récord”.
A los precios actuales, llenar un tanque mediano (55 litros) saldría por 92,4 euros (1,1 euros más que en el mismo periodo de 2022) para un vehículo de gasolina. En el caso del diésel, habría que pagar 85,4 euros por el llenado (frente a casi 91 euros hace un año).
En la comparativa con Europa, España sigue situada en mitad de la tabla. 12 países de los Veintisiete tienen importes medios de gasolina más elevados, con Países Bajos (2,070 euros por litro) marcando los precios más altos. En diésel hay 18 socios comunitarios donde este combustible es más caro y el país que ocupa la cúspide es Suecia (2,063 euros). Malta, con 1,340 euros por litro de gasolina y 1,210 euros por litro gasóleo, es el país de la Unión Europea con los combustibles más económicos.
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