Cisma y enredo morrocotudo en el fútbol español. El grueso de las jugadoras que fueron campeonas del mundo hace solo un mes en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda decidieron comunicar en la mañana de este viernes a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que renunciaban a jugar con la selección. Así lo anunciaron también a través de un comunicado emitido apenas 15 minutos antes de las cuatro de la tarde, cuando estaba prevista la comparecencia de la nueva seleccionadora nacional, Montse Tomé, que debía ofrecer la convocatoria para los próximos envites de la Nations League, el día 22 frente a Suecia (Gotemburgo) y el 26 ante Suiza (Córdoba). De momento, el anuncio se ha retrasado y no se sabe cuándo comparecerá la entrenadora, en la que también es su presentación en sociedad. La federación está en contacto con las futbolistas tras la publicación del comunicado y no ve oportuno ofrecer la rueda de prensa mientras no encuentre soluciones al problema.
En la nota, las futbolistas insisten en su “enorme descontento” tras lo sucedido en las celebraciones por la Copa del Mundo ganada en Sídney, esto es, el beso no consentido a Jenni Hermoso, que este mismo viernes ha llevado al expresidente de la federación Luis Rubiales a comparecer como imputado ante el juez por un agresión sexual. Y añaden: “Los hechos que desgraciadamente todo el mundo ha podido ver no son algo puntual y van más allá de lo deportivo. Ante estos actos debemos tener tolerancia cero, por nuestra compañera, por nosotras y por todas las mujeres”. Por todo ello, el comunicado no es tanto un plante como una llamada a la negociación.
Las 39 futbolistas que lo firman —entre ellas 21 de las 23 campeonas del mundo en Australia— exponen una serie de condiciones que creen básicas “para poder avanzar y llegar a una estructura que no tolere ni forme parte de hechos tan denigrantes”. “Las jugadoras de la selección española en todo momento hemos tenido una actitud abierta al diálogo, buscando transmitir unos motivos claros y argumentados que entendemos necesarios para poder realizar nuestro trabajo al máximo nivel con el respeto que merecemos”, explican.
Y así se desglosa a continuación, señalando cargos y puestos concretos, por bien que no indiquen nombres y apellidos. “Los cambios especificados a la RFEF se basan en la tolerancia cero ante esas personas que desde un cargo dentro de la RFEF han tenido, incitado, escondido o aplaudido actitudes que van contra la dignidad de las mujeres. Creemos firmemente que se requieren cambios contundentes en los puestos de liderazgo de la RFEF y en concreto, en el área del fútbol femenino. Todas estas personas entendemos que deben estar lejos del sistema que debería protegernos y que por desgracia se aleja mucho de una sociedad avanzada”. Estos cambios son: reestructuración del organigrama de fútbol femenino (señalar a un nuevo directivo y cambiar el staff técnico); reestructuración del gabinete de la presidencia y secretaría general (Andreu Camps); dimisión del presidente de la RFEF (Pedro Rocha); reestructuración del área de comunicación y marketing (entre otros el jefe de comunicación, Pablo García Cuervo); y reestructuración de la dirección de integridad.
Pese a la unidad mostrada por las jugadoras, que se reunieron de forma telemática hasta en dos ocasiones la tarde del jueves, se abrieron algunas grietas entre ellas. Las discrepancias y división de opiniones se evidenciaron unas horas después, cuando dos de ellas remitieron sendos correos a la Ciudad Deportiva de Las Rozas para señalarse como seleccionables. Son Athenea del Castillo, jugadora del Real Madrid y campeona del mundo, y Sheila García, del Atlético, que se marchó de la concentración por lesión; además, Claudia Zornoza, del Real Madrid, aprovechó para decir adiós a la selección: “Ya había tomado la decisión de retirarme de la Selección Absoluta de Fútbol antes del campeonato del Mundo y creo que no hay mejor manera de hacerlo que con el título que hemos conseguido en Australia y Nueva Zelanda”, señala en un comunicado emitido por redes sociales. Todo un guirigay para la nueva seleccionadora nacional, Montse Tomé, que debe confeccionar una convocatoria para los próximos envites de la Nations League y al mismo tiempo hacer frente a la renuncia de 39 futbolistas.
Después del beso no consentido de Rubiales a la delantera Jennifer Hermoso en las celebraciones del Mundial, las jugadoras explotaron. Pusieron en marcha la etiqueta #SeAcabó y decidieron renunciar a la selección. Publicaron entonces una carta que llegaron a firmar más de 80 futbolistas, en la que reclamaban cambios estructurales en la federación. Pasadas tres semanas desde el beso, la presión social y política obligó a Rubiales a presentar su dimisión, toda vez que ya estaba inhabilitado por la FIFA por 90 días, mientras se resuelve el expediente que le abrió el organismo internacional por abuso de poder. También salió Jorge Vilda, el seleccionador campeón del mundo, un técnico que las jugadoras consideraban controlador y de bajo nivel.
Sin embargo, las futbolistas españolas consideran que las salidas de Rubiales y Vilda son insuficientes, sino solo un primer paso, meros cambios de cromos que no abordan ni ponen solución a una reforma profunda del cuerpo federativo, donde persisten personas muy próximas al expresidente y que defienden el statu quo y unas maneras de hacer que las jugadoras se han empeñado en derrocar. “Los cambios que se han producido no son suficientes para que las jugadoras se sientan en un lugar seguro, donde se respete a las mujeres, se apueste por el fútbol femenino y donde podamos dar nuestro máximo rendimiento”, remata la nota. Por eso, han decidido no volver a jugar con la selección hasta que haya cambios estructurales. Montse Tomé, la nueva responsable, tiene ahora un papelón.
“Necesitamos de consenso, valor y liderazgo por parte de las instituciones, y es por eso que no nos pararemos aquí”, decía Alexia Putellas, líder del Barça y de la selección, dos veces Balón de Oro, en un escenario y ante una audiencia ilustre, cuando el miércoles les fue entregada a las jugadoras del Barcelona la Medalla de Honor del Parlamento de Cataluña. “Estamos aquí para quedarnos y ayudar a las que vendrán. Estos días lo hemos visto con la grave situación que estamos viviendo con la RFEF y los cambios que estamos solicitando para que ninguna mujer, tanto dentro como fuera del fútbol, tenga que vivir nunca más situaciones como faltas de respeto o abuso”, añadió. Su lucha no ha terminado.
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