Honda y Yamaha tocan fondo en Montmeló | Motociclismo | Deportes

Honda y Yamaha tocan fondo en Montmeló | Motociclismo | Deportes
El piloto español de Moto GP, Marc Márquez, durante la segunda sesión de entrenamientos libres del Gran Premio de Cataluña.Enric Fontcuberta (EFE)

La primera toma de contacto con el asfalto en el Circuit de Barcelona-Catalunya sirvió para constatar que las fábricas japonesas siguen hundiéndose sin remedio en el campeonato de MotoGP. Las grandes dominadoras de todos los tiempos, que amasan más de la mitad de los títulos disputados a lo largo de los 75 años de historia del certamen y han ganado 18 de los 22 Mundiales de pilotos desde el nuevo milenio, se encuentran sin remedio en el fondo de la clasificación. Cada fin de semana parece ir a peor, y el viernes en Montmeló las seis motos niponas cerraron la tabla de tiempos de la jornada a segundo y medio de la Aprilia de Aleix Espargaró.

El piloto de casa, nacido en la vecina Granollers hace 34 años, pulverizó el récord del circuito con un 1m,38′686s que dejó a la primera montura japonesa a 1,420 segundos. Fabio Quartararo, que el curso pasado logró ganar en el mismo escenario, terminó roto, lamentándose a grito pelado encima de su decepcionante Yamaha YZR-M1. “La moto es la misma que a principios de año”, se resignaba el campeón de 2021. “Intento creer al máximo de cara al próximo año”. Su compañero, Franco Morbidelli, que abandonará el Titanic rumbo a Ducati, tiró de ironía para describir la situación de la marca de los tres diapasones. “El problema es que corremos en el presente, no en el pasado”, apuntó el italiano.

La crisis asiática en MotoGP ha puesto a tres campeones al borde del abismo. Joan Mir, último a 2,3 segundos de la cabeza en el día de su 26 cumpleaños, ha reconocido que llegó a plantearse la retirada. El ganador de la corona en 2020 con Suzuki cerró la clasificación por detrás de las Honda satélite de Iker Lecuona y Takaaki Nakagami. “Seguimos con los mismos problemas de siempre”, constataba el japonés del LCR, sin respuesta para la poca reactividad de sus paisanos en la fábrica. En Montmeló, un trazado que desenmascara las vergüenzas de los prototipos tanto en motos como en la Fórmula 1, la fotografía quedó más nítida que nunca.

“Todos los puntos débiles que tenemos este año están en este circuito. Falta paso por curva, tracción… no hay excusa. Los otros están funcionando y nosotros estamos muy lejos”, concedía Marc Márquez (19º), el único que se acercó a las Yamaha. Sin forzar la máquina se fue al suelo por 17ª vez este curso y dio otro susto al dolerse del pulgar dañado en el gran premio inaugural del año. “No queda otra que hacer un ejercicio mental, tomárselo con calma y seguir trabajando para mejorar el proyecto”.

El ocho veces campeón del mundo siempre ha subido al podio cuando ha completado la carrera de casa. Cuando le recordaron el dato, buscó refugio en el humor. “Es más fácil que te toque la lotería”, soltó. Tanto Márquez como Mir apuntan al test del próximo lunes 11 de septiembre como el momento más importante del año, un momento que se antoja decisivo para constatar si hay esperanzas de cara a 2024 o toca buscarse la vida. Ambos han recibido ofertas e interés de otras marcas, aunque una hipotética rotura de su vínculo con Honda no resultaría ni fácil ni barato.

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