Luis Rubiales vive su momento más delicado como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) desde que llegó al cargo en mayo de 2018. El incendio que ha prendido tras su beso no consentido a Jennifer Hermoso y sus gestos obscenos en el palco de autoridades durante las celebraciones del Mundial conquistado por la selección femenina amenazan su mandato. El Consejo Superior de Deportes (CSD) recibió este martes la denuncia interpuesta por Miguel Galán, presidente de la escuela de entrenadores Cenafe, y tanto los servicios jurídicos del organismo gubernamental como la abogacía del Estado estudian llevarlo al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD).
A la denuncia de Galán se añadió otra de Sumar, que en la noche de este martes no había sido registrada por los funcionarios del CSD. Descartada la vía penal porque Hermoso no ha presentado denuncia, la vía administrativa es la que puede finiquitar el mandato de Rubiales. Para el viernes, Rubiales ha convocado una asamblea extraordinaria en la que pretende recabar el apoyo de los barones de las territoriales. La RFEF aseguró en un comunicado que tras “los hechos acontecidos” en la final “están abiertas las diligencias internas de la federación referentes a asuntos de integridad, así como el resto de los protocolos aplicables”.
Si el CSD da traslado de las denuncias al TAD y el máximo mandatario del fútbol español fuera expedientado, el presidente del CSD, Víctor Francos, tiene potestad para convocar a la comisión directiva del organismo y someter a votación la suspensión provisional de Rubiales hasta que el TAD resuelva. La otra vía, una vez abierto el expediente, es esperar a la resolución del tribunal sin que haya de por medio una suspensión previa. Si el TAD interpretara que se ha vulnerado la nueva Ley del Deporte en su artículo 104, que califica como “muy graves los actos notorios y públicos que atenten a la dignidad o decoro deportivo y los abusos de autoridad”, Rubiales puede ser inhabilitado de 2 a 15 años de acuerdo con el artículo 108 de la citada ley.
El CSD no dio traslado al TAD de otras denuncias contra Rubiales motivadas por el caso Supercopafiles desvelado por El Confidencial. Sin embargo, el beso a Hermoso toca de lleno a la igualdad de género, una de las banderas del Gobierno de Pedro Sánchez. Fuentes del CSD transmiten la incomodidad por el daño causado a la imagen del deporte español ante la comunidad internacional tras haberse alcanzado un hito en su historia.
En ese contexto, el Ejecutivo en funciones ha presionado públicamente para que Rubiales dimita. Este resiste amparado en que su quebrantamiento del protocolo no es motivo para dimitir y en que la federación es una entidad privada que no tiene por qué atender peticiones de dimisión de ningún organismo. Esa postura choca con las competencias públicas delegadas que ostentan las federaciones. Fuentes federativas aseguran que Rubiales no tiene intención de abandonar el cargo, pese a las andanadas gubernamentales que no cesan y le acorralan. Si el lunes fue la vicepresidenta segunda en funciones y líder de Sumar, Yolanda Díaz, la que exigió que se le aplique la Ley del Deporte y el protocolo federativo contra actos sexistas, el martes fue el mismo Pedro Sánchez el que calificó de “inaceptable” su comportamiento y tachó de “insuficientes e inadecuadas” las disculpas del máximo mandatario federativo.
Frialdad en La Moncloa
Sánchez fue crítico tras haber escenificado antes su distanciamiento con Rubiales en el recibimiento ofrecido a las campeonas en La Moncloa. A la hora del posado del presidente en funciones junto a las campeonas y el resto de la expedición, el protocolo orilló a Rubiales junto a los utilleros. Luego, la frialdad presidió la felicitación individual de Sánchez cuando al dirigente deportivo le tocó su turno. “Debe seguir dando pasos para aclarar lo que vimos en los medios”, advirtió Sánchez. “Las jugadoras lo han hecho todo para ganar. Pero ha habido algunos comportamientos, como los de Rubiales, que manifiestan que en nuestro país queda aún mucho camino por recorrer en materia de igualdad y respeto, y en la equiparación de derechos entre las mujeres y los hombres”. La propia Yolanda Díaz volvió este martes a la carga contra Rubiales en sus redes sociales al amparo de una información de Relevo que aseguraba que Rubiales rogó a Hermoso que aparecieran juntos en el video en que pedía disculpas. “Esto es un jefe presionando a una trabajadora para que encubra el abuso que ha sufrido. Es gravísimo y denigra al deporte español. Rubiales debe dimitir de inmediato”, escribió la vicepresidenta. La federación niega categóricamente la citada información. Después, Díaz confirmó la denuncia de Sumar: “Las federaciones deportivas están sometidas a Ley del Deporte y el CSD debe actuar para que el machismo no quede impune”.
Esto es un jefe presionando a una trabajadora para que encubra el abuso que ha sufrido. Es gravísimo y denigra al deporte español.
Rubiales debe dimitir de inmediato. https://t.co/1P3cqdUqF8
— Yolanda Díaz (@Yolanda_Diaz_) August 22, 2023
Ni el judicializado contrato que trasladó la disputa de la Supercopa de España a Arabia Saudí y supuso una suculenta comisión para Gerard Piqué, ni las grabaciones a ministros, ni el espionaje a David Aganzo, presidente del sindicato de futbolistas (AFE) habían amenazado tanto la presidencia de Rubiales. La AFE, que Rubiales presidió durante siete años, emitió un comunicado en el que exigía al CSD que aplique la Ley del Deporte y su propio Protocolo de actuación frente a la violencia sexual, que incluye “besar a la fuerza” como “conducta inaceptable que conllevará consecuencias inmediatas”. Nunca Rubiales había visto su cargo tan expuesto a una decisión del Gobierno. Y tanto la FIFA, organizadora del Mundial, como la UEFA, de la que Rubiales es vicepresidente, tienen potestad para expedientarle.
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