A casi dos semanas del accidente en el ascensor de la línea K que dejó un muerto y 20 heridos, el Metro de Medellín informa que avanza la revisión y pruebas del sistema para su reactivación comercial.
En el último informe de la empresa de transporte se indicó que un equipo de especialistas examinará todos los componentes de la línea para determinar el motivo del desprendimiento de una de las cabinas.
El trabajo se centró en el sistema de control, frenos, motorización, cojinetes, cojinetes, ejes, mangueras, poleas, sensores, abrazaderas y el cable principal o cable portador-tractor.
Jorge Ramos, jefe de catenarias del metro de Medellín, informó que un equipo de 157 personas del área de catenarias, junto a una empresa constructora especializada, realizan estas tareas.
Una de las principales actividades son las pruebas no destructivas de las partes estructurales del ascensor mediante técnicas como inspección visual, pruebas de penetración, rayos X, ultrasonidos y pruebas de partículas magnéticas.
“Esto nos permite diagnosticar y comprobar la seguridad e idoneidad de los elementos que componen las cabinas. Este trabajo se complementa con una certificación de terceros que garantiza que la línea cumple con los criterios de la normativa internacional”, agregó Ramos.
Una vez finalizado este proceso, cada cabina de K Line es sometida a una prueba de carga para analizar el sistema, incluyendo motores y estaciones, así como equipos de frenado, aceleración y desaceleración.
Además, el Metro de Medellín indicó que, en paralelo, el equipo de catenarias también inspeccionó los otros cinco cables del metro para descartar anomalías y verificar que todos estén operando en condiciones seguras para su uso comercial.
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